En muchas ocasiones hemos hablado sobre la importancia de planificar en ortodoncia, para ello debemos hacer uso de las herramientas de diagnóstico obtenidas, como el análisis cefalométrico, análisis carpal, estudio de modelos, fotografías clínicas entre otros.
Una vez obtenidos los datos necesarios debemos procesar esta información de manera coherente que nos permita agrupar las características encontradas en cada uno de los estudios realizados de manera que nos oriente a determinar con exactitud el tipo de maloclusión que presenta el paciente y sus características particulares y cuál es la etiología de estas.
Planificar cada uno de tus casos denotara en tu trabajo responsabilidad, destreza y orden, tratar a un paciente solo con los modelos de estudio y una radiografía panorámica no te aportara los datos suficientes para poder diagnosticar correctamente cada caso clínico.
El día de hoy planificaremos el caso de una paciente con una maloclusión de clase II primera división en crecimiento en la cual haremos uso de fuerzas ortopédicas utilizando arco extraoral y aparato de herbst para redireccionar el crecimiento.La cefalometría nos permite elaborar un plan de tratamiento más preciso. No debemos conformarnos con solo observar clínicamente a un paciente y sacar una conclusión. Es nuestro deber constatar los valores reales que el paciente presenta. Es posible encontrar pacientes en valores límites y cualquier acto operatorio pudiera empeorar el caso, de allí la importancia de este análisis. El análisis de Ricketts forma parte de nuestro arsenal para el correcto tratamiento de los pacientes.