Las maloclusiones de Clase III están consideradas entre los problemas ortodóncicos más difíciles de tratar, lo que pudiera ser debido a interferencias oclusales funcionales o a discrepancias esqueléticas entre ambos maxilares (retrusión maxilar, prognatismo mandibular o una combinación de ambas). Debemos realizar un adecuado diagnostico diferencial pudiendo ser de gran ayuda el análisis funcional a la hora de realizar el diagnostico a fin de poder ofrecer una terapia adecuada.
Las maloclusiones Clase III a pesar de tener una fuerte base genética, presentan etiología multifactorial es decir una interacción de la genética con el ambiente; su prevalencia es del 1-5% en la población blanca y cercana al 13% en poblaciones asiáticas.
Los objetivos principales de la Filosofía MEAW para el tratamiento de las diferentes maloclusiones son eliminar la discrepancia posterior y reconstruir el plano oclusal, logrando así corregir maloclusiones severas, siendo una gran alternativa para resolver tratamientos sin cirugías. La etiología de las maloclusiones es un factor fundamental a tomar en consideración en el tratamiento, para de esta manera comprender cómo hacer la corrección estable a futuro, modificando los factores que individualmente han contribuido en el desarrollo del problema. La teoría de discrepancia posterior (Sato) produce un cambio en el plano oclusal por sobre erupción de los primeros molares debido al efecto “squeezing-out” (estrujamiento), pudiendo producir una Clase III, una mordida abierta