La adhesión de los brackets juega un papel de vital importancia en la mecánica del tratamiento ortodóntico; especialmente en aquellas técnicas como las de arco recto y derivadas, donde el torque, tip, rotación, etc., programados en el interior de cada bracket es transferido al diente; de ahí la necesidad de ubicarlos precisamente para obtener un óptimo posicionamiento de los elementos dentarios.
La técnica de adhesión directa dificulta la visibilidad en distintas ocasiones tales como en dientes con posiciones defectuosas o que presenten coronas clínicas no ideales (inclinaciones, rotaciones, irregularidades anatómicas, etc.) que pueden crear confusión a la hora de ubicar los aditamentos.
Cada bracket preajustado adherido en una ubicación incorrecta traducirá durante la secuencia de tratamiento movimientos indeseados sobre los dientes, que hará necesaria la reposición de los mismos, casi siempre en etapas finales del tratamiento; en consecuencia al reubicar los brackets en otra posición generalmente obliga a disminuir el calibre de los arcos lo que implicará retroceder y aumentar el tiempo del tratamiento; esta situación desfavorable implica al profesional mayor tiempo de trabajo frente al sillón, mayor costo económico, posiblemente estrés y disconformidad del paciente al prolongarse el tratamiento.